viernes, 3 de julio de 2015

Huáscar y Huandy

HUÁSCAR Y HUANDY


Aquí les comparto la historia que desde niño, siempre me ha impresionado, igual que la primera vez, “Huáscar y Huandy”… la leyenda inmortal, éxito de muchos dramaturgos.
El nevado Huascarán proviene del quechua “waskha”, y  quiere decir cadena o soga, mientras “ran” se traduce a montañas rocosas, por lo que  se deduce el significado de “cadena de montañas”, es importante también mencionar que Yungay proviene del término quechua “Yunga”, que significa cálido.
Antes de iniciar esta historia legendaria y tradicional, quiero precisarles que existe una oralización de que el  Inca Huayna Cápac, en su trayecto por el territorio de la cultura de los Yungas, (Fortaleza Huansacay), dizque apreció el nevado antes precisado, y al impresionarse  de su altura y belleza el cual cautivó en gran manera su emoción, de regreso al imperio y en lo sucesivo al nacer su primogénito príncipe, robusto y fuerte como el Huascarán, fue bautizado con el nombre de Huáscar.
Debemos considerar que la leyenda de la formación de los nevados Huascarán y Huandoy se ha diversificado, con el lenguaje oral étnico, y de generación en generación asimila nuevos toques, pero la manera como lo cuenta cualquier autor ancashino, siempre da con la similitud, entonces como  yungaíno, la voy a narrar a mi carácter.
Bueno este relato comienza, cuando las tribus y culturas ancashinas, eran sometidos por los Incas, y los jefes indios insurgentes, cautelarmente planeaban una resistencia rotunda contra la invasiva de Machupicchu.
En consecuencia la tribu de los Yungas, recibe un guerrero herido en batalla, atravesado por una saeta en el pecho, era un mensajero de la conquista arremetida a la fortaleza de Chavín - Huari, el mismo quien dio noticia del avance del ejército imperial y expiró en el acto.
Un mes después, Huáscar, el príncipe Inca, conquistó junto a su padre y hermanos, la Fortaleza de los Yungas, y el callejón de Huaylas, abarcando entre sus dominios hasta la fortaleza Tumshukaiko, luego de cruentas batallas por fin estaban estos hermosos valles, bajo el control imperial, sin embargo el Joven y guerrero real decidió instalarse y habitar entre los habitantes del Yungay Incaico.
En su administración territorial del callejón de Huaylas, Huáscar conoció en Huansacay a Huandy,  una princesa de la tribu india de los yungas, hija del Jefe del pueblo bajo yugo, era ella una quinceañera de una expresión cautivante, de buen corazón y laboriosa. Cuando en un día de verano, Huáscar solía constituirse  a las riberas del río Santa, halló a la princesa, jugando con las aguas puras y cristalinas, se divisaron en un enlace de amor y entablaron una preciosa y riesgosa amistad, pues fluían positivamente.
Los sometidos jefes de la región sierra ancashina, aún persistían rebeldes hacia su total sumisión a Cusco, y buscaban siempre efectivizar rebeliones, los yungas por su parte dirigidos por el padre de Huandy, también planificaban impacientes estrategias antiimperialistas, estaban cansados de las órdenes subyugadoras.
Más adelante la población de la tribu Yunga, asimilaba el amor que surgía entre Huáscar y la princesa Yunga, y maliciosamente las comenzaron a espiar, una noche de luna llena, bajo las faldas del cerro pan de azúcar, mientras toda la población dormía, tremulosos Huáscar y Huandy salieron a su cita de amigos el cual asumieron con mucho compromiso, porque se sentían enamorados, luego de contar juntos un millar de estrellas, el joven guerrero se armó de valor, esta vez un valor  más humano y declaró a la princesa su inmenso amor, jurándole protección incluso con su propia vida, frente a las disensiones emanadas del pueblo.
La noticia del romance, pronto llegó al padre de Huandy, quien no pudo soportar su tirria hacia los imperialistas, y fue tremendo su furor contra su hija y contra Huáscar, que resolvió darles muerte, la población Yunga que estaba al asecho, capturaron en una de esas noches románticas a los enamorados jóvenes.
Llevando a Huandy de madrugada y por órdenes de su padre, a una montaña oriental, frente a la actual localidad de Punyán, en el suceso Huáscar suplicó sollozo, que quería morir similar a su amada, pero mirándola para siempre desde una montaña oriental, equidistante a la fortaleza Yunga (El actual cementerio diseñado por Arnoldo Ruska).
La súplica de Huáscar fue aceptado por los Yungas, por lo que ascendieron a los enamorados chicos, hacia las 2 altas cumbres, atándolos frente a frente y dejándolos a su suerte en medio de la inmensidad andina.
Pasaron 3 días, y la angustiada princesa después de llorar abatidamente dejó de respirar su suspiro, con sus lágrimas formó la laguna Parón, también dio nacimiento al rió Ancash, similarmente Huáscar no pudo soportar verla morir, y lloró aún más el drama que les tocó vivir, su quebranto sentimental fue tan profundo, que sus abundantes lágrimas dieron surgimiento a 2 grandes lagunas denominadas Orcococha y Chinancocha en el actual parque “intangible” Huascarán, desde entonces corre el río Llanganuco a través de la accidentada quebrada por el rebalse de sus aguas,  al séptimo día Huáscar dejó de pulsar.
El mitológico dios sol se conmovió por el sacrificio de éstas apasionadas vidas, he hizo llover una nevada con gélidas tormentas sobre sus inertes cuerpos, haciendo surgir 2 nuevos nevados en la cordillera blanca de tal modo que aseguren la perpetuidad del recurso hídrico formado a partir de lágrimas. Del corpulento y fortachón cuerpo de Huáscar formó el imponente Huascarán, mientras que la de Huandy, el nevado Huandoy, y dejó que las almas sacrificadas tomaran el control de la naturaleza yungaína.
Al crecer el pueblo de los Yungas bajo la imponencia del nevado Huascarán, el espíritu de Huáscar impaciente buscó venganza, he hizo deslizar una avalancha que terminó con los yungas en el actual Campo Santo, al pasar los años los sobrevivientes  fundaron el pueblo de Ancash en la actual localidad de Punyán pero el espíritu de Huandy cobró también su venganza con un nuevo aluvión correspondiente al año, 06 de enero de 1725,  momentos cuando el Alcalde Melchor Punyán celebraba su onomástico, quedando la ciudad prácticamente destruida.
Los sobrevivientes resolvieron repoblar el actual Campo Santo, fundándose el soberbio y republicano Yungay, multiplicándose los habitantes y el progreso relámpagamente a través de las décadas, pero la ira del espíritu de Huáscar fue aún peor, quien no perdonó su segunda furia contra la descendencia de los que le quitaron la vida, sepultando a los miles de yungaínos en un nuevo aluvión, registrada el 31 de Mayo de 1970 (momentos en que Velazco Alvarado planificaba reivindicar Arica y Tarapacá).
Y es así como desde aquel día en que, se sacrificaron a Huáscar y Huandy en la cadena montañosa de Yungay, sus habitantes han andado errantes, buscando un lugar seguro donde refugiarse de una ira surgida del amor, y hasta nuestros días no han logrado un lugar seguro donde protegerse, pues el patriotismo, el clima cálido y la fertilidad de la tierra, nos ha obligado refundarnos en el mismo suelo.
La actual ciudad está sociopolíticamente constituida entre el Huascarán y el Huandoy, buscando no estar visto por los bellos y despiadados nevados, pero científicamente se precisa, que un fuerte movimiento rompe tierras, haría que la actual ciudad de Yungay se borre de la sociedad peruana una vez más, porque en el último terremoto registrado en todo el callejón de Huaylas, murieron más de 74 mil almas, y alrededor de 80 mil en todo el departamento de Ancash, dejando más de  3, 000 000 de damnificados, porque solo en la ciudad de Yungay desaparecieron más de 20 mil habitantes.
Los yungaínos de la desaparecida ciudad, se salvaron en el cementerio, que se halla sobre una infraestructura de la que fue la fortaleza Huansacay, del cual no se han registrado muchas reliquias a consecuencia de los arrasadores aluviones, solamente gracias a argumentos orales, se han podido compilar valiosa información, acerca de los dramáticos sucesos que nos tocó espectar a través de las generaciones.
Aquí los aluviones siempre han sido constantes, y hasta el momento no se ejecuta un plan de contingencia disuasivo, para salvar el nuevo Yungay frente a nuevos deslizamientos, propensos a un pueblo que ya cumplió sus 4 décadas de refundación.


NEVADO HUASCARÁN

LAGUNAS  EN LA QUEBRADA LLANGANUCO

LAGUNA 69

CIUDAD SEPULTADA, CAMPO SANTO YUNGAY

CIUDAD SEPULTADA, CAMPO SANTO YUNGAY

CIUDAD SEPULTADA, CAMPO SANTO YUNGAY

CIUDAD SEPULTADA, CAMPO SANTO YUNGAY

NEVADO HUASCARÁN

LAGUNA YANAMA CHICO

NEVADO HUANDOY

NEVADO HUANDOY